Bitelchús Bitelchús es la tan esperada secuela del clásico de 1988, y marca el regreso de Tim Burton a un universo caótico que él mismo ayudó a crear. Esta nueva entrega trae de vuelta el estilo inconfundible de Burton, con el regreso de Michael Keaton en el papel de Bitelchús, y nuevos miembros del elenco como Jenna Ortega, quien interpreta a la hija de Lydia (Winona Ryder).
¿Y qué encontramos en este remake? Ritmo, mucho humor y la sensación que nos dejan la mayoría de los remakes que hemos visto últimamente. No toques nuestros recuerdos tan bonitos.
Como era de esperar de una obra de Tim Burtosn, uno de los aspectos más destacados es el diseño visual. Los efectos prácticos y el maquillaje siguen siendo puntos fuertes, con un aire artesanal que hace que el mundo de los muertos se sienta más tangible. Esto, sin duda, ayuda a recrear la atmósfera gótica que tanto gustó en la original, aunque algunas secuencias con CGI no alcanzan la misma calidad visual (como las escenas en Saturno o la reensamblación de Delores)
En cuanto a la historia, vemos una trama algo dispersa. Aunque los personajes nuevos, como Astrid (Ortega) y Rory (Justin Theroux), aportan frescura, no todos tienen el mismo desarrollo. El personaje de Monica Bellucci, por ejemplo, se queda algo corto en comparación con otros villanos de la saga. Además, la película a veces abusa de referencias a la original, por momentos de manera demasiado forzada.
El humor negro de Burton sigue presente, y hay momentos verdaderamente oscuros y atrevidos, como la aparición de un bebé Bitelchús, que aporta ese toque morboso que esperábamos. Sin embargo, las múltiples subtramas y la dependencia de “callbacks” hacen que el ritmo de la película sea algo irregular, lo que la deja un poco por debajo de las expectativas de quienes esperaban un regreso triunfal al mismo nivel del original
En definitiva, Bitelchús Bitelchús nos deja con un sabor agridulce ya que no alcanza a recoger toda la magia del clásico. Es una película divertida para los fanáticos de Burton y del personaje, pero a veces se pierde en su intento de abarcar demasiadas historias a la vez.