Nota: 8
Todavía recuerdo cuando Pixar se sacaba de la manga cada año una nueva película que se convertía en clásico instantáneo. No es inusual sentir un escalofrío al recordar ese poker de películas que la compañía firmó de manera consecutiva con “Ratatouille”, “Wall·E”, “Up” y “Toy Story 3”. Pero aquellos tiempos en los que Pixar tenía la mejor película del año una y otra vez, pasaron. Desde entonces, el vacío en el mundo de la animación venían tratando de cubrirlo una Disney en trayectoria ascendente y Dreamworks. La primera se acercaría al objetivo con la reciente “Frozen”, si bien sus resultados en taquilla han sido más vistosos que el resultado creativo en sí. Exactamente lo mismo ocurría con Dreamworks, cuyo gran éxito “Shrek” y, sobre todo sus secuelas son sencillamente infumables. El único rayo de esperanza resultó ser, allá por 2010 la poco ruidosa, pero entrañable y trepidante “Cómo entrenar a tu Dragón”. Poco podíamos esperar que cuatro años después la resurrección de la animación nos llegaría a lomos de un Furia Nocturna llamado Desdentado.
“Como Entrenar a tu Dragón 2” es, sencillamente “El Padrino 2” de la animación. No falta ninguno de los personajes que nos conquistaron en la primera entrega, pero el tiempo ha pasado también por ellos. No son los mismos. Unos han madurado. Otros, simplemente han cambiado. La valiente apuesta otorga a la cinta un carácter maduro que potencia sus virtudes narrativas, pero por el camino no pierde ni un ápice del encanto dulce y cómico de la primera entrega. No es el único riesgo que toma “Cómo entrenar a tu Dragón 2”. Si su antecesora ya resultaba intrépida al decidir “mutilar” a un protagonista que pagaba el precio de sus actos con una cojera perpetua al más puro estilo “Valor de Ley”, en esta ocasión se apuesta por mutilar su corazón. La vida vuelve a mostrarse inmisericorde con los errores de Hipo. Todo esto convierte a la cinta en una auténtica virguería en lo que a desarrollo de personajes se refiere.
Pero ahí no terminan las bondades de la cinta. La evolución visual de la que hace gala resulta fascinante y, lo que es más importante, se pone al servicio de una historia cuya grandeza y épica aumentan por minutos. Hipo nada tiene que envidiar a William Wallace y las batallas no son menos trepidantes que las que nos pueda ofrecer La Tierra Media. Si a todo esto le sumamos un villano de impecable construcción y oscura mirada, el espectáculo está servido.
En todo caso, la gran virtud de “Cómo entrenar a tu Dragón 2” es su alma. El alma que se puede ver a través de los ojos de los dragones. El alma en la mirada de unos personajes que temen y dudan. Que aman y que sufren. El mundo es de los valientes como Hipo que buscan nuevos territorios volando a lomos de un Furia Nocturna. El mundo es de los valientes que deciden hacer películas que pueden enamorar a un niño y estremecer a un adulto. “Cómo entrenar a tu Dragón 2” es exactamente igual que Desdentado: Oscura, salvaje, nerviosa, entrañable y con una descomunal llama interior.
Héctor Fernández Cachón