Crítica | “Lucy” de Luc Besson, con Scarlett Johansson

Respetamos a Luc Besson, como podemos respetar a Arbeloa o a Miguel Bosé, porque son seres humanos, pero su labor está en las Antípodas de lo que consideramos cine. Tal vez Nikita sea salvable, una cinta de acción impactante y primitiva, pero todo lo que vino después es… no sé, un horror. Nunca entendí dónde vieron los espectadores el valor de León, una película bastante mala. El bueno de Besson se metió luego a productor y fue al acabose, como dicen en mi pueblo.

Que sí, que Besson ha tenido mucha influencia en el cine de acción de las dos últimas décadas. Donde antes había una explosión, con Besson llegan a 5. Donde había una persecución de coches que duraba  10 minutos,  pues el tío hace una saga de películas de persecuciones. Luc Besson no tiene medida. Y su cine de acción tampoco. No tiene guiones. Y su cine tampoco. Es puro espectáculo en el peor sentido de la palabra.

Sí, colecciona fans en medio mundo. Lo entendemos, es un tipo de cine con el que muchos espectadores lo pasan bien. Ahora bien,  para mí no es cine de entretenimiento, porque a mi no me entretiene.  Me cansa, me tensa y me despierta rechazo, por no decir más cosas. Y el supuesto sentido del humor de su cine, me resulta inoperante. ¿Serie B? No, son películas malas. Punto.

Y sí, me gusta el cine de acción, la trilogía de Bourne con Matt Damon me parece ejemplar para este tipo de cine. ¿Cuál es la diferencia con una película de Besson? En Bourne hay persecuciones cojonudas (la de Moscú de la segunda parte, por ejemplo), pero hay personajes perfilados, con carácter, y hay una historia interesante. Hay un guión.

Una vez aclarada mi pasión por Besson, vamos con Lucy, la nueva cinta del director francés no pretende, por supuesto, ser original. Es puro Besson, con un poco más de presupuesto que tiempo atrás, con tres actores de gran renombre internacional, incluyendo a Min-sik Choi alias Old Boy.

Pero es evidente que la película gira en torno a Scarlett Johansson. Estamos empezando a cansarnos de que productores y directores exploten a la Johansson. Nos explicamos. Los responsables de una película que logran contar con la neoyorquina se frotan las manos. Piensan algo así como: “la ponemos en la pantalla y fuera, ya tenemos película, no necesitamos ni guión ni nada. Total, está tan buena que la gente va ir a verla igual, aunque sea un plano fijo durante 90 minutos“.  Johansson es un valor seguro, pero su sola presencia no hace una película. Tenemos el caso de Lucy o el de Under the Skin, otra cinta que vive y respira gracias a la actriz norteamericana.

Me quedo sin espacio y aun no he dicho nada concreto sobre Lucy. Bueno, Lucy es otra paranoia de Besson. No hay más. Tras una gran introducción, llena de tensión, la historia de dispara y ya no se detendrá. Todo sucede tan deprisa y de forma tan atropellada que al final te quedas como estabas, degustando la buena intro de la peli.

Y luego está el tema de que el personaje de Johansson comienza dominar su capacidad cerebral a fondo. El asunto de que solo usamos un 10% de nuestro cerebro es un mito, otra paranoia. Y aunque así fuese, la evolución que tiene el personaje de Johansson la convierte en una especie de ser todopoderoso con habilidades sin ninguna clase de lógica.

Es evidente que Lucy no es una película para tomarse en serio. Estamos hablando de Luc Besson. Pero no logra ni siquiera entretener por varias razones: ritmo demasiado elevado, sin tiempos muertos, corta duración, evolución ridícula de la historia. Además, no se aprovecha el personaje de Min-sik Choi que podía haber dado mucho juego. Al final, solo tenemos a Scarlett mostrando sus atributos y poniendo caras muy serias, de dominar cada vez más su capacidad cerebral… Ah sí, y Morgan Freeman interpretándose a sí mismo, otra vez.

Lucy solo merece la pena si vas al cine sin ningún tipo de expectativa, tal vez con los amigos y con ganas de echarse unas risas con la opiácea alucinación final. Y ver a la Johansson claro, que, además, como en Her, terminará estando en todas partes…

Lo Mejor: la introducción.

Lo Peor: Muy corta y atropellada con una trama que a pesar de  empezar fuerte termina cayendo sin pudor en lo absurdo.