En 1982, Sylvester Stallone protagonizaba una de esas cintas que si vemos mil veces, mil veces nos encanta. Nos referimos a la primera entrega de la saga de películas de John Rambo, Acorralado. ¿Os acordáis del bueno de Rambo rindiéndose ante su querido coronel Trautman (Richard Crenna)? Ese es el final que nos llegó, pero no el único rodado. De hecho, el final previsto se cayó en sala de montaje. En este, el bueno de John, consciente de que su única habilidad era la de matar y que era un peligro para la sociedad le pide al coronel que acabe con su vida. Un disparo terminaba así con la vida de John Rambo y nos daba un final que habría imposibilitado las sucesivas secuelas de la cinta. ¿Habría molado más que John muriese? Juzga tu mismo.
Hubiese sido un final más parecido al del libro (First Blood), en el cual, Rambo muere a manos del coronel, no antes de hacer una masacre entre los agentes de policía.
Los mejores finales sin duda son los inesperados e indeseados. Luego se van digiriendo y finalmente aceptando…muy buen final, solo que debió quedar tendido y el Coronel soltar el arma a sus pies…