Como llevamos tiempo comprobando en esta sección de “Las secuelas más disparatadas que nunca se realizaron”, cualquier éxito cinematográfico es susceptible de tener su secuela. Allá por 1995, un todavía desconocido director llamado David Fincher se sacaba de la manga un psychothriller que golpeó como una maza al gran público. Seven, filme imprescindible protagonizado por Brad Pitt y Morgan Freeman con uno de los finales más impactantes que se se recuerdan, estuvo de tener su disparatada secuela.
Seven 2 llevaría por título Solace. La cinta se centraría en el detective Somerset (Morgan Freeman) y su intento de dar caza a un temible asesino en serie. Para ello contaría con la ayuda de un un doctor con habilidades clarividentes al que daría vida Anthony Hopkins. ¿Les Suena el argumento? Efectivamente, el parecido evidente con El Silencio de los Corderos acabó por condenar a un proyecto que ahora parece resurgir de forma independiente a Seven.
Seguramente estamos hablando de una de las mejores y más crudas películas de la historia del cine. Y lo cierto es la cinta cerró en su punto más alto, con el que para muchos es el mejor final jamás filmado. Así, mucho mejor todo olvidando la posibilidad de desarrollar Seven 2, dejándola caer en el olvido.
por favor que no arruinen seven haciendo secuela lo único que hacen es destruir lo ya bien echo.
Creo que al final se aprovechó esa idea con la realización de “Solace” que en español se tituló “Premonición” con Jeffrey Dean Morgan en el papel de detective, Anthony Hopkins en el del clarividente y Colín Farrell como el asesino. Fue un truño.