Acaba de cumplir 30 años, pero sigue en tan buena forma como el primer día. Allá por 1990 el director Garry Marshall unía en la gran pantalla a una de las parejas más inolvidables del cine moderno. Richard Gere y Julia Roberts convertían a Pretty Woman película imprescindible que hoy sigue siendo garantía de éxito en cada uno de sus pases televisivos. Como todos recordaremos, la cinta narraba la relación entre un apuesto hombre de negocios (Gere) y una prostituta (Roberts) que se tornaba en magnífica historia de amor. La imagen del actor bajo la ventana de la casa de Julia Roberts gritando el nombre de “Vivian” mientras sujeta un ramo de flores es ya un icono del género, pero el final previsto no era precisamente ese.
De haberse cumplido con el final previsto en el guión, el regusto final que nos habría dejado Pretty Woman tendría más de amargo que de otra cosa. Según el libreto original, el personaje de Richard Gere volvía a Nueva York con su novia, mientras que Vivian recibía sus 3.000 dólares de pago y volvía a ejercer la prostitución en la calle. Una historia oscura y deprimente, vamos.