¿Has visto ya el documental del hombre que se deja comer por una anaconda? De alucine…

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La fiebre audiovisual no tiene límites. Si llevamos unas semanas boquiabiertos después de disfrutar de “Birdman” y su plano secuencia de casi dos horas, la cosa suena a chiste cuando la comparamos con la idea del reportero y naturista Paul Rosolie. Hace unos meses, Rosolie anunció que se dejaría comer vivo por una anaconda mientras era grabado. La idea era la de capturar al ejemplar más grande del planeta, de casi 8 metros y, protegido por un traje de seguridad, dejarse engullir por el animal hasta la cintura. Para dicha “aventura”, el hombre contaría con la mencionada armadura y con un equipo de oxígeno. En ese momento preciso, Rosolie debía ser rescatado por un arnés que tiraría de él hacia atrás o el equipo asustaría al animal para que le regurgitara.

La idea había generado cierta polémica, pero el reportero no se amedrentaría. Con una serpiente más pequeña debido a la imposibilidad para capturar al ejemplar aludido, Rosolie se plantaba ante su reto empapado en sangre de cerdo. La anaconda no tardaba en interesarse por el hombre. Después de su salvaje “abrazo” el animal abría su temible boca aferrándose al casco del hombre. Era en ese momento cuando Rosolie ordenaba abortar el experimento para ser rescatado.

“Sentí que sus mandíbulas se cerraban en mi casco, sentí cómo gorgoteaba y sibilaba, pero después me soltó. Si no hubiera tenido el traje acorazado, mi caja torácica habría aguantado 10 segundos como mucho”, afirmaba el reportero.

En esta ocasión, Paul Rosolie no pudo lograr su objetivo de grabarse mientras era devorado por el temible animal, pero ha prometido volver a intentarlo con un ejemplar más grande. Se ve que no ha oído hablar de los efectos visuales. En todo caso, aquí os dejamos el estremecedor video.