“Personaje secundario”. Con esta etiqueta aterrizan en las pantallas. Ellos tienen menos minutos y un peso menor en la trama, pero acaban haciéndose con el control de la película y robándole el protagonismo a sus legítimos dueños. Los ocho protagonistas de nuestra lista de hoy saben muy bien de qué estamos hablando. La configuración del personaje y el trabajo del intérprete acabaron por convertirles en auténticos iconos del cine. No estaba previsto, pero sus películas siempre serán recordadas por su participación. ellos son los 8 mejores personajes secundarios del cine.
8. Scratch (“La Edad de Hielo”): Las películas animadas de “La Edad de Hielo” no contaban con que una ardilla sin texto y con media docena de apariciones ajenas a la trama terminase por acaparar el protagonismo de toda la saga. El periplo del estresado animalillo en busca de su preciada bellota nos arranca sonoras carcajadas en cada nueva proyección. La Ley de Murphy nunca tuvo tanto sentido…
7. Loki (Tom Hiddleston en “Thor”, “Los Vengadores” y “Thor: El Mundo Oscuro”): De vez en cuando coincide que un personaje tiene cierta miga. entonces cae en manos de un actor que parece haber nacido para el papel. El resultado es que pasen cosas como que sueñes con que el genial Loki acabe de una vez con Thor y que se haga con el control de Asgard. ¿Alguien se acuerda del villano de “Thor: El mundo Oscuro”? Claro que no. Si aparece un ratito Loki, al resto ya no le prestamos ni atención.
6. Jon Doe (Kevin Spacey en “Seven”): Ni diez minutos en pantalla necesita Kevin Spacey para convertirse en uno de los personajes más célebres del cine. El perturbado y sádico psicópata al que persiguen Brad Pitt y Morgan Freeman durante toda la película acaba entrando en escena en el último acto para conseguir que un terrible escalofrío recorra nuestras espaldas cada vez que recordamos su tranquila expresión e imperturbable mirada ante el cañón del arma de Brad Pitt. A él le debemos uno de nuestros grandes traumas cinematográficos: el final de “Seven”.
5. Sargento Hartman (R. Lee Ermey en “La Chaqueta Metálica”): Cuando Stanley Kubrick rodó “La Chaqueta Metálica” no se esperaba que sus reclutas protagonistas sucumbiesen ante el salvaje torbellino de fuerza y gritos llamado Sargento Hartman. La cuestión es que al final nos pasamos todo el metraje de la brillante película esperando que irrumpa por allí el hombre que cada vez que abre la boca nos deja una de las frases más míticas de toda la historia del cine. Ya sabéis, en Texas solo hay más que vacas y maricones…