“A veces la realidad supera la ficción”. Estamos hartos de escuchar esta frase en miles de contextos, pero lo cierto es que no podría ser más cierta. El pasado mes de enero, el mundo miraba aterrado hacia París. La masacre en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo conmocionaba a todo el planeta. Los tiroteos en la capital francesa y la persecución emprendida por todo el país tendrían múltiples consecuencias en distintas esferas de la convivencia. Una de las últimas ha sido la prohibición de rodar cine de acción por las calles de París.
La comandante de policía Sylvie Barnaud explicaba tal medida: “Hay un problema con las escenas de acción, dado que los actores que van de uniforme podrían ser objetivos de los terroristas. Además, los actores podrían generar confusión entre el público durante este periodo altamente sensible. Me dejó en shock el escuchar a testigos de los ataques a Charlie Hebdo decir en televisión que parecía el rodaje de una película. No es el momento.”
Si tenemos en cuenta que París alberga un millar de rodajes al año aproximadamente, es normal que la medida haya tenido gran calado dentro de la industria. Sea como fuere, la decisión no carece de lógica. Habrá que esperar a que las heridas del pueblo francés de curen para volver a disfrutar de grandes persecuciones por sus calles al más puro estilo de “El Caso Bourne“.