Lloran cuando su líder estornuda y, según una famosa novela, son el estado mejor preparado para afrontar el apocalipsis zombi. Poco más que eso es lo que sabemos de los norcoreanos. El hermético régimen de Pyongyang no facilita demasiado conocer a un pueblo que vive amordazado. Más allá de su potencial nuclear y de que se enfadan mucho cuando les mencionas “The Interview”, los gustos norcoreanos son una incógnita.
Ahora, gracias a un periodista de Vanity Fair que ha estado cubriendo el Festival Internacional de Cine de Pyongyang, sabemos por donde van los tiros en cuanto a los gustos cinematográficos del país. De hecho, parece que les van las emociones fuertes, porque las películas que más simpatías han cosechado son “Argo”, las cintas de la saga “Bourne” y todas las protagonizadas por “James Bond”.
La censura es una constante en la forma de actuar de un país que en el año 2010 estrenó su primera película occidental con “Quiero ser como Beckham”. En cualquier caso, nos quedamos más tranquilos sabiendo que el pueblo tiene un paladar cinematográfico bueno, a pesar de las evidentes limitaciones.