En julio del año pasado ya os adelantábamos la triste noticia producida en el set de “Midnight Rider”. Mientras se rodaba una secuencia de la nueva película de Randall Miller (“La guerra de los vinos”), un desgraciado accidente acababa con la vida de Sarah Jones, segunda ayudante de cámara. El hecho de que se estuviese rodando sin permiso en una vía de tren suponía la detención del director por homicidio involuntario y entrada ilegal. A la suspensión indefinida del rodaje se unía también una fianza de 27.000 dólares que el director tenía que abonar en espera de un juicio que acaba de producirse.
Como máximo responsable de la cinta, el peso de la sentencia cae sobre un Randall Miller que ha sido condenado a diez años de cárcel. De ello, Miller pasará en prisión los dos primeros años y los ocho siguientes en libertad condicional y sin poder dirigir equipos de rodaje. De esta forma se hace justicia sobre un incidente que conmocionó a la industria y que había generado toda una corriente de apoyo en favor de la desaparecida Sarah Jones.