Los 8 peores remakes del cine (Parte I)

 

Toda generación es distinta a la anterior. Por mucho que al gran público no le acabe a convencer la idea del remake, en Alucine no somos unos puristas de lo original. Nuestra idea del cine está lejos de esa concepción de “más viejo significa mejor”. El romanticismo corrupto no va con nosotros. De hecho, entendemos que cada generación merece tener su particular visión de las historias más inolvidables. Eso no impide que a veces consideremos innecesario tocar obras a las que el tiempo no ha hecho más que mejorarlas o que en muchos casos esas revisiones impliquen patinazos del calibre de los que aparecen en nuestra lista de los 8 peores remakes del cine.

 

8. Invasión (Olivier Hirschbiegel, 2007): Con los fichajes de Nicole Kidman y Daniel Craig, la idea del remake de “La invasión de los ladrones de cuerpos” sonaba francamente apetitosa. Lejos de darle un aire nuevo a la turbadora historia, la cinta se carga cualquier tipo de suspense y se va perdiendo en un guión tan desastroso como previsible. Ni la contratación a última hora de James McTeigue pudo salvar los muebles.

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7. Poseidón (Wolfgang Petersen, 2006): Petersen es uno de esos tipos a los que les gusta romper cosas en sus películas. No es de extrañar que pusiese sus ojos en la famosa película de Ronald Neame (1972). Como ocurría en el caso de “El Planeta de los simios”, las únicas alegrías de la película llegaban desde el campo visual. Poner el peso de la trama en los olvidados Kurt Russell y Richard Dreyfuss o apostar por el cianuro para la taquilla de Josh Lucas tampoco fueron muy buenas ideas.

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6. El Hombre Lobo (Joe Johnson, 2010): Pocas historias ofrecen un material de partida tan atractivo como la del hombre lobo. Casi resulta imposible que tirar de un licántropo no nos ofrezca un resultado al menos entretenido. La espantada de Mark Romanek y la tardía contratación de Joe Johnson no consiguieron salvar una película aburrida, sin ritmo, con escasa química entre personajes y fallida en su intento innovador.

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5. El profesor Chiflado (Tom Shadyac, 1996): Resulta toda una incógnita cómo Eddie Murphy paso de ser uno de los grandes del cine a un esperpento de actor. Seguramente la culpa la tenga esa fiebre que le dio de cubrirse de látex e interpretar a la mitad de los personajes de sus películas en cintas como esta. La encantadora película de Jerry Lewis (1963) se convertía en esta versión ordinaria y escatológica.

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