4. Ultimátum a la Tierra (Scott Derrickson, 2008): Este es uno de esos casos que pedía remake a gritos. La sensacional película de Robert Wise (1951) se prestaba a una mejora visual y a una actualización de su sensacional análisis de la intolerancia en la guerra fría. En esas llegó un Derrickson que decidió apostar por un Keanu Reeves con poca expresividad hasta para ser un alienígena y por un alegato medio ambiental que roza lo ridículo.
3. Vanilla Sky (Cameron Crowe, 2002): La telaraña tejida por Alejandro Amenábar en “Abra los Ojos” no pasó desapercibida al otro lado del Atlántico. Tanto le gustó a Tom Cruise que se empeñó en impulsar una versión a la americana. Tan horrible sería el trabajo que hasta Penélope Cruz (protagonista en ambas versiones) pareció contagiarse del desastre de “Vanilla Sky”. Tenía que repetir su personaje y ni eso quedó decente.
2. El Planeta de los Simios (Tim Burton, 2001): Muchos fueron los directores que se plantearon la idea de recuperar para el cine la historia dirigida por Franklin J. Schaffner en 1978. Había material para darle una vuelta de tuerca. Oliver Stone y James Cameron lo sabían, por eso contemplaron la idea hasta rechazarla finalmente por falta de un guión que viniese a aportar algo nuevo. Así llegó un Tim Burton que solo pudo mejorar el aspecto de los simios. El resto, entre muy malo y patético.
1. Psicosis (Gus Van Sant, 1998): ¿Os imagináis matar a la protagonista de una película en el final del primer acto? Eso es lo que hacía Alfred Hitchcock en “Psicosis”, allá por 1960. La película saltaba entre distintas generaciones conservando el “punch” del primer día, pero Gus Van Sant se creció. el director de “el Indomable Will Hunting” no midió sus fuerzas y emprendió el asalto a la clásica historia de Hitchcock copiando el material original en todos sus planos. Ridículo e innecesario experimento.
(Parte I)