El 30 de noviembre de 2013, un desgraciado accidente le costaba la vida al actor Paul Walker. Su pérdida conmocionaba al mundo del cine, en especial a sus compañeros de la exitosa saga “Fast & Furious”. Asumida la triste pérdida, llegaba el turno de empezar a afrontar el mundo después post-Walker. Algo nada sencillo.
Cuando se producía el fallecimiento de Walker, tanto el actor como el resto del equipo se encontraban inmersos en el rodaje de la séptima entrega de la saga “Fast & Furious”. Evidentemente, Walker era uno de los actores principales y su protagonismo en la trama resultaba crucial. El problema es que todavía no había rodado muchas escenas para la película, por lo que el director y los responsables de la cinta decidían tomarse unos meses de plazo para decidir qué hacer con la película y cómo afrontar la pérdida de Paul Walker. Pasado ese tiempo, era el momento de tomar decisiones.
La primera forma de enfrentar los problemas derivado dela ausencia del actor era realizar varias modificaciones en el guión. Esto llevaría a poder utilizar escenas grabadas por el actor para otras entregas de la saga y nunca utilizadas. James Wan cubría parte de los problemas con esta “artimaña”, pero todavía quedaba mucho trabajo por delante en las fases de rodaje y de post-producción.
50 millones de dólares. Esa fue la dotación económica extra de Universal Pictures al proyecto de “Fast & Furious 7”. Todo ese dinero iría destinado a “construir” a Paul Walker. Así las cosas, los responsables acudían a Peter Jackson y a su Weta Digital. La compañía comenzaba entonces la difícil labor de reanimar mediante CGI al desaparecido actor. Para ello, la clave estaba en utilizar a dobles de cuerpo durante el rodaje y luego cambiar su rostro, introduciendo el rostro de Walker rodado para las comentadas escenas eliminadas de anteriores entregas y retocándolo para ajustar la edad. En otros casos la recreación de su rostro resultaba completa debido a la ausencia de escenas necesarias en el “fondo de armario”. Incluso en muchas secuencias se “pegaban” en el cuerpo de los dobles los rostros de Cody y Caleb, hermanos de Paul Walker. Con sus rasgos resultaba mucho más fácil construir el rostro del actor.
Tanto Weta Digital como Universal Pictures trataban de guardar absoluto secretismo sobre las escenas en las que Paul Walker no es real. En todo caso, os dejamos este video de La red Social(David Fincher) para que os hagáis una idea. La técnica utilizada para convertir a un solo actor (Armie Hammer) en los gemelos Winklevoss resulta parecida, pero un poco menos compleja al poder capturar el rostro del actor. Sea como fuere, hay que reconocer que el trabajo de todos resulta asombroso y que es imposible detectar las escenas con CGI.