Ni ser uno de los actores más cotizados de la industria o el guaperas de moda hace que estés libre de ser despedido de la película en la que ya habías empezado a trabajar. Estamos acostumbrados a ver casos en los que los actores rechazan papeles inolvidables, pero lo que no sabíamos es que la historia del cine está llena de intérpretes que, después de ser contratados para el papel, acaban siendo despedidos por una u otra razón. Sin no, atentos a casos como el que hoy os contamos.
Allá por el año 2007, Peter Jackson vivía el mejor momento de su carrera. Tras el éxito inolvidable que suponía la trilogía de “El Señor de los Anillos” y su particular versión de “King Kong”, el director apostaba por una historia mucho más humana con el proyecto de “The Lovely Bones”. La historia de un padre que pierde a su hija adolescente a manos de un asesino se convertía en un auténtico reclamo para los actores más importantes de Hollywood. De entre los múltiple ofrecimientos, el director y los productores optaron por el chico de moda Ryan Gosling, pero el intérprete debía darse un aire más adulto sufrido en las semanas previas al rodaje.
Cuando faltaban dos días para tirar el primer plano, Ryan Gosling se presentaba en el set con los deberes hechos. El actor lucía una frondosa y larga barba. Además había engordado la friolera de 27 kilos para el papel. A pesar de ello, Peter Jackson decidió que no era el perfil correcto para el personaje, por lo que despidió a Ryan Gosling y llamó a Mark Wahlberg. Todo un palo para un Gosling que se lo quiso tomar con humor: “Me quedé desempleado y gordo”.