Nota: 8
Después de 36 años desde que Mel Gibson se lanzase al polvo de la carretera, este mes de mayo lo teníamos marcado en el calendario como nuestro esperado regreso al distópico mundo de “Mad Max”. El plena fiebre del reboot, remake, secuela y similares, George Miller recuperaba la saga que le encumbró hace más de tres décadas, recuperando a Max Rockatansky para la causa. La empresa no era fácil, sobre todo si tenemos en cuenta las legiones de fans puristas y romáticos corruptos que idolatraban las cintas originales, pero no conviene andarse con muchos rodeos: Queridos amigos, “Mad Max: Furia en la carretera” es, con mucha diferencia, la mejor entrega de la franquicia.
Un servidor se ha propuesto la difícil tarea de compartir impresiones sobre el regreso de “Mad Max” sin utilizar exclamaciones, lo cual resulta de lo más complicado. Todo es grande, todo es electrizante, todo son llamas, fuego, golpes y adrenalina. Es fácil imaginar que después de dos horas de continua persecución, uno deja la sala de cine moderadamente aturdido y con los sentidos empachados. Nada más lejos de la realidad. La única sensación que embriaga es la de saber que se acaba de presenciar un espectáculo pirotécnico y humano de épicas proporciones.
Imaginate a Zack Snyder y a Michael Bay en plena infancia. Pongamos que les dejamos un puñado de Micho Machines y un soplete. Pues si rodásemos sus interacciones, nos saldría una versión casera de “Mad Max: Furia en la carretera”. De hecho, no contento con haber filmado una de las mejores películas de acción de las últimas décadas, George Miller está tan sobrado que incluso logra dotarlo todo de un delirante humor y una atractiva humanidad. Buena parte de la culpa de esto último corresponde a un Tom Hardy que hace que olvidemos al clásico Max del viejo Mel, pero por encima de todo, una Charlize Theron cuyo talento para bordar cualquier perfil de personaje empieza a resultar obsceno.
¿Sabéis que es lo mejor de todo esto? Que el tipo que se ha inventado esta divertidísima salvajada es el mismo que dirigió a los pingüinos cantarines de “Happy Feet” y al lechón con complejo de perro pastor de “Babe 2: El cerdito en la ciudad” (en la primera entrega solo era guionista). Pocas cosas hay tan gratificantes en esto del cine que ver a un tipo agarrar un cámara sin ninguna clase de complejo. Solo de gente como Miller puede salir una película en la que el humo puede olerse en la sala, porque “Mad Max: Furia en la carretera“… ¡Es una jodida y puñetera maravilla! Vaya… Al final he exclamado….
Héctor Fernández Cachón
corriendo al cine. Que ganas de verla me han entrado!!
MUY BUENA PELI UNA PREGUNTA SABEN SI YA Q SE ESTA CON ESTOS REGRESOS PODRIAN HACER UNA NUEVA SECUELA O INICIO DE 2ESCAPE DE NUEVA YORK” Y REVIVIR A SNAKE PLISKEEN,X FAVOR GRACIAS ,GRAN PAGINA SALUDOS D MONTERREY,NL.