El Alzheimer se “come” los recuerdos de uno de los más grandes de la historia del cine

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Desde que El Mundo destapase la noticia hace unos días, una nube de tristeza sobrevuela en la industria del cine. Ese terrible monstruo llamado Alzheimer se está comiendo, poco a poco, los recuerdos de las seis décadas que el mismísimo Omar Sharif ha dedicado al cine. En un reciente reportaje, su hijo Tarek Sharif desvelaba la difícil situación en la que se encuentra la salud de su padre.

“Es difícil determinar en qué fase se encuentra. Es evidente que nunca mejorará y que irá empeorando. Tiene momentos del día en los que está mejor y otros en los que se halla desconcertado. Mi padre sabe que es un actor famoso, pero le desconcierta cuando algún fanático se acerca a saludarlo A menudo piensa que es alguien que conocía de antes y cuya cara y nombre ha olvidado”, declaraba Tarek Sharif en las palabras que han dado la vuelta al mundo.

El grandísimo Omar Sharif tiene hoy 83 años y películas a sus espaldas del calibre de “Lawrence de Arabia” o “Doctor Zhivago”. El actor egipcio es una de las más ilustres estrellas que ha dado el cine en más de un siglo de historia, pero el hecho de no reconocer su enfermedad está haciendo que todos esos recuerdos se vayan más rápido de lo debido.

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“Empecé a sospechar que tenía alzheimer”, añadía Tarek. “No lo veía bien. Le recetaron algunas medicinas y unos ejercicios para ralentizar el avance, pero los ejercicios jamás los ha hecho. Se niega. No ha reconocido estar enfermo. Mi padre siempre ha tenido un carácter muy fuerte”.

Ahora, Omar Sharif vive en un complejo turístico a orillas del Mar Rojo, a 400 kilómetros de El Cairo. Todos los días baja a desayunar y luego se sienta en la terraza. Cada noche visita el bar del hotel y escucha un rato de música en directo. Así transcurre la vida de una leyenda que nosotros jamás olvidaremos.