El mundo de las secuelas disparatadas es oscuro y tenebroso. Así os lo hemos demostrado hasta ahora en esta sección de disparates que, afortunadamente, nunca llegaron a materializarse. Dicho esto, hoy es el turno de otra ilustre secuela que jamás llegó a ver la luz, de lo cual nos congratulamos.
A principios de los años 80, Steven Spielberg ya estaba despuntado a lo bestia. Corría el año 1982 y su “E.T.” se había convertido en todo un éxito de épicas proporciones. Así las cosas, el Rey Midas de Hollywood no pudo resistirse a lanzarse con la secuela de la cinta. El estudio le había dado carta blanca para que siguiese cosechando éxitos con total libertad, por lo que el director decidió ponerse manos a la obra con el tratamiento de E.T. 2: Nocturnal Fears.
La historia sigue a Elliott y su familia en sus primeras vacaciones sin E.T mientras, en otro lugar, una nave repleta de alienígenas malvados aterriza. Estos alienígenas buscan a Zrek, un extraterrestre que mandó una señal de ayuda meses antes. Como no podía ser de otra forma, Zrek es E.T. Los extraterrestres resultan ser de una raza que lleva batallando con la raza de E.T durante siglos, y plantan cara a la humanidad. Sin saber nada, Elliott nota la presencia cercana de E.T, y se dirige al lugar donde le encontró por primera vez, solo para toparse con los malvados extraterrestres. Estos secuestran a Elliott y le torturan hasta dejarle casi muerto, abandonándole en una fosa común para humanos. Poco después, E.T llega a la tierra y, apuntándoles con el dedo, congela a la raza enemiga y hace que Elliott se reponga rápidamente. Finalmente, E.T reprograma la nave para mandarlos muy lejos y se vuelve a despedir de Elliott para siempre.
No sabemos que extraño arrebato sufrió el bueno de Steven Spielberg, pero la fortuna quiso que entrase en razón y terminase por descartar la idea.