En Alucine somos muy de colarnos entre los recovecos más ocultos del séptimo arte. De ahí que en nuestro tiempo de vida hayamos descubierto ya en múltiples ocasiones que eso de ser actor no es tan sencillo como parece. Los diez actores que protagonizan nuestras líneas de hoy son el vivo ejemplo de ello. En la búsqueda de lograr una interpretación más adecuada o situaciones más reales.Atentos, porque estos doce actores se dejaron la piel por sus personajes.
– Daniel Day-Lewis: De sobra es conocido el hecho de que Daniel Day-Lewis es una de esas personas que lleva el método Stanislavski hasta las últimas consecuencias. Solo así pueden lograrse interpretaciones tan asombrosas como la que el actor se marcaba en “Mi pie izquierdo”. Para interpretar al discapacitado pintor Christy Brow, Lewis optaría por llevar una vida tal y como si realmente estuviese impedido. Durante los descansos del rodaje, el equipo tenía que darle de comer. finalmente, pasar tanto tiempo en posturas tan complicadas le ocasionaría la lesión de dos costillas… Y su primer Oscar.
– Min-Sik Choi: Esa joya del cine llamada “Oldboy” será recordada por innumerables secuencias míticas, pero hay una que los cinéfilos siempre recordaran. Efectivamente, nos referimos a ese momento en el que el protagonista se come un pulpo vivo. El actor aceptó el reto de comerse realmente a los pulpos vivos e incluso tuvo que repetir la toma varias veces. Después, el budista actor rezó por cada uno de los pulpos que tuvo que devorar.
– Ellen Sandweiss: La actriz de “Posesión Infernal” es todo un ejemplo de profesionalidad. Como toda película de terror que se precie, la inolvidable cinta tenía su secuencia de jovencita corriendo por un bosque. La actriz se pasaría toda una noche corriendo descalza de un lado a otro. Finalmente, la actriz confesó que no podía más. Solo en ese momento, el equipo descubrió que llevaba horas cortándose las plantas de los pies con piedras y ramas.
– Steve Carell: La depilación del sensacional cómico en “Virgen a los 40” es una de las secuencias más recordadas de los últimos años. Todos nos reímos de lo lindo, menos el propio protagonista. En su intento por lograr una secuencia dotada de absoluto realismo, Carell pidió que realmente depilasen el poblado vello de su pecho. Así las cosas, los gritos e improperios soltados por el actor en la secuencia son absolutamente reales.
