– Keira Knightley: La película no salió como le habría gustado, pero a la actriz británica no se le puede reprochar que no pusiese todo de su parte. Además del esfuerzo que le supuso meterse en la trastornada mente de la protagonista, Knightley le pidió a Michael Fassbender que la azotase de verdad en una de las escenas más recordadas del filme. Para prepararse, la actriz se tomaba dos vasos de vodka.
– Mickey Rourke: Cuando parecía que el mundo del cine le había perdido, Mickey Rourke emergía como ave Fénix de sus propias cenizas en “El Luchador”. El actor sabía que tenía frente a sus narices una posibilidad única de retomar su carrera, por lo que no quiso escatimar en esfuerzos. Tanto fue así, que incluso llegaría a realizarse cortes reales en su rostro en lugar de maquillaje. El alarde casi le vale un Oscar.
– Leonardo DiCaprio: El bueno de Leo lleva años demostrando que es uno de los más grandes. “Django Desencadenado” no es más que otro ejemplo de ello. En una de las secuencias de la cinta, el actor rompía una copa con su mano, provocándose un corte del que no dejaba de brotar sangre. Lejos de romper la escena, DiCaprio aprovechó para continuar su poderosa intervención y llevarla hasta el culmen. Nada más cortar, el actor recibiría varios puntos de sutura.
– Tom Hanks: Los cambios de peso para un papel son una constante en la historia del cine. Eso lo sabe muy bien Tom Hanks. El doblemente oscarizado actor afrontaría dos salvajes pérdidas de peso para “Philadelphia” y “Náufrago”. El resultado de ello sería que Hanks acabaría con diabetes y con un metabolismo permanentemente desestabilizado,
