Pese a las miles de historias de amor que nos ha regalado el cine en más de cien años de historia, nadie puede discutir que Ghost es una de las más grandes. La película que hizo deshidratarse entre lágrimas está a punto de cumplir 30 años de su exitoso estreno. Un cumpleaños que ha servido para que conozcamos varios detalles sobre un rodaje que resultaría mucho menos idílico de lo que cabría imaginar.
Pocas parejas se han querido tanto en la gran pantalla como la de Sam y Molly. Patrick Swayze y Demi Moore daban una auténtica lección de amor y pasión en la gran pantalla, lo que les debió resultar mucho más complicado de lo que cabe imaginar.
Lo cierto es que, muchos años después, se ha sabido que ambos intérpretes no se soportaban. De hecho, parece ser que la cosa llegaba hasta tal extremo que Moore y Swayze no cruzaban palabra. La nula relación entre ambos podría haber supuesto un grave problema para la producción. afortunadamente, cada vez que la cámara arrancaba los protagonista de la cinta mostraban una absoluta profesionalidad hasta el punto de que transmitían todo lo contrario.
Algo que contribuiría a hacerlo más llevadero sería el hecho de que Sam y Molly dejan de interactuar a los veinte minutos de película, lo que evitaba el contacto unos actores que, en cualquier caso, supieron disimularlo a la perfección.