Hard Rain(1998): Parece mentira que la cinta no se convirtiese en todo un éxito. Michael Salomon se marcaba una trepidante historia en la que Christian Slater daba vida a un guardia jurado que, en medio de unas gigantescas inundaciones, tenía que custodiar tres millones de dólares ante la persecución de unos delincuentes liderados por Morgan Freeman. Se puede ser igual de entretenida, pero difícilmente más.
Very Bad Things (1998): La comedia negra nunca llegó más alto en la década que con esta cinta de Peter Berg, cargada de mala baba. La historia del grupo de amigos que deciden irse a Las Vegas para celebrar una despedida de soltero nos sonará más de la saga “Resacón”, pero la pandilla de Christian Slater si que sabía liarla parda, parda.
Una historia verdadera (1999): Difícilmente se puede encontrar una película más conmovedora en la década de los 90. David Lynch saca su lado más humano y convencional (narrativamente hablando) para llevarnos de viaje con el viejo Alvin (Richard Farnsworth), un achacoso y enfermo anciano que emprende un viaje de 500 kilómetros subido en su cortacésped al enterarse de que su hermano, con el que no se habla, ha sufrido un grave infarto.
Ghost Dog (1999): Jim Jarmusch es uno de esos tipos cuyo talento parece imperecedero. A finales de la década nos dejaba una de sus obras más trascendentes con la historia de un asesino a sueldo de Nueva York, cuya vida diaria y tranquila existencia se rige por el código de honor de los antiguos samuráis. Forest Whitaker se marca una interpretación marca de la casa en una cinta para paladares finos.
A destacar en “Una Historia Verdadera” su gran banda sonora del mismo creador que Twin Peaks en gran Angelo Badalamenti