Nadie podría haberse imaginado un fracaso de tales proporciones. Entre nuestro titular y la primera línea de este texto, ya hemos repetido la palabra “fracaso” hasta en tres ocasiones. Lo cierto es que la carga negativa con la que hemos arrancado no podría venir más a cuento. Desastre, catástrofe o ruina tampoco vendrían mal, porque lo cierto es que “Pan” la ha liado parda.
Hace un par de semanas os hablábamos de que la cinta de Joe Wright no había entrado precisamente bien en la taquilla. Tras ser masacrada por la crítica (la verdad es que no hay por donde cogerla), la película se presentaba en las salas de todo el planeta después de una inversión en rodaje que se iba hasta los 150 millones. Una cantidad que se disparaba a 250 teniendo en cuenta los gastos de producción. Con los datos de los tres primeros días, la cosa no pintaba nada bien. Los 43 millones de arranque auguraban que difícilmente alcanzaría el triple de esa cifra. Incluso los más pesimistas se atrevían a apostar por que no sobrepasaría con mucho los 100 millones de dólares. Ilusos…
Tras más de dos semanas en taquilla, los datos son desoladores. Una recaudación acumulada que no llega a los 80 millones hacen que las previsiones más optimistas apuesten por una recaudación poco superior a los 90 millones. ¿Qué significa esto? Pues que teniendo en cuenta que los costes no hayan sido mayores (lo cual es muy probable), podríamos estar ante un descalabro de 160 millones de dólares y rondando las pérdidas de “John Carter”.
¿Todavía no se han dado cuenta de que no estamos en 1992 y si no tienes un buen guion va a dar igual el dineral que te gastes en efectos especiales?