Las 10 películas de terror más cutres (Parte I)

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En Alucine nos gustan las buenas películas, evidentemente. Pero no vamos a negar que sentimos también cierta simpatía por esas películas que consiguen dar la vuelta completa y que, de tan malas, acaban por ser gloriosas. Si no, atentos a la nuestra lista con las 10 películas de terror más cutres.

 

– Payasos asesinos del espacio exterior (Steve Chiodo, 1988): Deb y Mike ven caer un meteorito en el bosque. Cuando se acercan a investigar descubren que se trata de una carpa de circo llena de payasos asesinos. Después de huir de ellos por los pelos, acuden a la comisaría donde chocan con la incredulidad de Kirk, un viejo policía antipático. Sin embargo, ante su insistencia, consiguen la ayuda de Dave, un amigo de la infancia de Deb, que les ayuda en este surrealista caso. Mientras, la población sufre los hilarantes ataques de los payasos…

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– La Galleta Asesina (Charles Band, 2005): Habíamos visto muchas formas de volver de la muerte, pero lo de tomar la forma de una galleta de jenjibre hay que reconocer que no es muy habitual. Un asesino ejecutado en la silla eléctrica tomará la forma del famoso dulce para volver a la vida y acabar con la chica que le acusó y le llevó a la pena de muerte.

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– La Venganza de Pinocho (Kevin Tenney, 1996): La historia de Pinocho estaba pidiendo a gritos su versión de terror… O no. Tras ser condenado por asesinato, el asesino en serie Vicent Gorro entrega a su abogada Jennifer Garrick un Pinocho de madera, su única posesión y una prueba rescatada de uno de sus crímenes. Zoe, la hija de la abogada, coge el muñeco creyendo que es un regalo para ella, y entonces empiezan a ocurrir sucesos muy extraños. 

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– Basket case: ¿Dónde te escondes, hermano? (Frank Henenlotter, 1982): Duane y Belial Bradley son hermanos siameses, ahora separados, y Duane lleva a Belial, un enano horriblemente deformado, en una cesta. Su pasado no es una historia feliz y busca venganza… Los doctores que les separaron en contra de su voluntad serán el centro de sus iras

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– Blacula (William Crain, 1972): Un príncipe africano acude a Transilvania para pedir al conde Drácula que le ayude a combatir el tráfico de esclavos. Como es natural, el aristócrata se burla sarcásticamente y como castigo a su osadía lo vampiriza. En la época actual, dos propietarios de un negocio de decoración deciden trasladar a su negocio en Los Ángeles los muebles y objetos del castillo. Como es fácil suponer, entre los efectos que viajan al Nuevo Mundo está el ataúd de Blacula. Nuestro vampiro de color empezará por vampirizar a sus “compradores” para seguir con una serie de asesinatos, eliminando a todo aquél que descubre su condición de no-muerto.

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