Corría el año 2001. A las puertas de un supermercado Claudio de la calle Alfredo Vincenti de La Coruña se encuentra un joven pidiendo limosna. Viviendo en la mendicidad y tratando de recuperarse bajo la metadona se encuentra Juan Martínez. Allí se lo encuentra el periodista de La Voz de Galicia, Rubén Ventureira. Nadie recuerda ya su rostro, pero 17 años antes había sido uno de los protagonistas de “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”. Efectivamente, él fue un chico Almodóvar, pero ya no queda nada de eso.
Ninguna clase de clemencia mostraba el mundo con aquel chico de llamativo desparpajo que caminaba por la inolvidable cinta junto a su abuela en la ficción, Chus Lampreave. Desde entonces, solo otro acercamiento al cine con “De tripas corazón” en 1985. Ser vecino de Kiti Manver le otorgaría la oportunidad de su vida, ya que la actriz fue quien consideró que el joven de la puerta de al lado era idóneo para el perfil que buscaba Pedro Almodóvar. El sensacional director manchego quedaba rápidamente prendado de un frágil chico cuyo trabajo en el filme resultaría impecable.
El olvido, el ejército, la guerra de los Balcanes, Bosnia, el regreso, la mendicidad, la cárcel y, de nuevo, la mendicidad. Triste guión para un Juan Martínez que en aquel 2001 luchaba por desengancharse de las drogas. El artículo de Rubén Ventureira llamaría la atención de una Isabel Gemio que se llevaría al bueno de Juan a Madrid durante un mes. Allí viviría en un hotel y su testimonio sería el de una de las viejas glorias que conformarían el contenido del programa “Noche y día”. El espacio no duraría mucho antena. Juan Martínez volvía a desaparecer sin que se haya vuelto a saber nada de él.