Desde hace varios años lo tenemos claro: Frank Underwood es nuestro candidato preferido a la presidencia. La serie “parida” por Netflix en colaboración con el enorme David Fincher lleva ya tres temporadas conquistándonos con sus “intrigas palaciegas”. Las conspiraciones y los trapos sucios en los niveles más altos de la política americana han conseguido colocar al canal en lo más ato de la parrilla mundial.
Pero las cloacas de la política (término acuñado por un célebre político patrio) existen en todos los países, por lo que Netflix ha decidido lanzarse con una versión de la popular “House of Cards” ambientada en suelo francés. Para ello, el principal reto era el de conseguir un intérprete que habrá de llevar el peso de la trama con el mismo desparpajo que el brillante Kevin Spacey. Un difícil empresa que, según parece, recaerá sobre los hombros del mismísimo Gerard Depardieu.
Con casi 200 películas a sus espaldas, a sus 66 años Depardieu es uno de los actores más aclamados de la historia del cine francés. Tan célebre por su talento como por su controvertida personalidad, el actor daría vida a Robert Taro, el alcalde de la ciudad de Marsella (“Marseille” será el título) que se tendrá que enfrentar a su joven y ambicioso protegido en las elecciones locales. Todo un órdago de Netflix al mercado mundial que no ha terminado de gustar a los creadores franceses.