Hay líneas rojas que nunca se deben cruzar… En Hollywood han decidido esquilmar los maravillosos años ochenta. Desde hace unos años, los principales estudios se han puesto manos a la obra para orquestar un saqueo absoluto de las innumerables y encantadoras ideas de aquellos días. Saben que el gran público sufre importantes ataques de nostalgia con “Gremlins”, Top Gun”, “Cazafantasmas” y un largo etcétera de cintas, por lo que han decidido sacar rendimiento económico de ello.
La última “victima” es nuestra queridísima “Dentro del laberinto”. Aprovechando que la legión de fans del filme no hace más que crecer y el hecho de que la muerte de David Bowie haya vuelto a colocar el filme en boca de todos, Tristar (perteneciente a Sony) se ha puesto manos a la obra para desarrollar un proyecto que, pese a no estar todavía confirmado, se convertirá en un reboot de la cinta original.
Todavía no se descarta que se trate de un remake, e incluso de una secuela. Lo que está claro es que ,al menos, la elección de su guionista suena bien. Nicole Perlman (“Guardianes de la Galaxia”) se encargará del libreto con la presión de no decepcionar a millones de fans.
Una noche el padre y la madrastra se Sarah (Jennifer Connelly) se preparan para salir. La imaginativa joven se ve obligada, contra su voluntad, a quedarse a cargo de su medio hermano Toby. Cabrada por la situación, Sarah decide pedirle al Rey de los Goblins (un personaje del libro que está leyendo) que se lleve al pequeño. Acto seguido, el Rey Jareth aparece ante ella para anunciarle que, si quiere recuperar a su hermano, deberá resolver su famoso laberinto. Si no lo logra en 13 horas, el chico quedará convertido para siempre en duende. Igualadlo…