“La Prensa Extranjera de Hollywood son un grupo de aproximadamente90 ‘canapeistas’ profesionales cuyos votos se puede (y se han) comprado con cenas, recuerdos y cartas de agradecimiento autografiados“. Así de rotundo se mostraba el prestigioso Peter Debruge en una reciente columna de Variety. El responsable de cine internacional de la publicación venía a echar leña al fuego sobre un asunto que lleva años dando que hablar.
Lo cierto es que las sospechas de amaño son una constante en la historia de los Globos de Oro. Los considerados “Antesala de los Oscar” suelen alejarse, cada vez más, del resultado final en los Premios de la Academia. De hecho, su descarada apuesta por nominar a caras bonitas y a las estrellas más brillantes está causando un serio desprestigio en unos galardones que van perdiendo relevancia.
Casos como el de Pia Zadora y su denostado papel por “Butterfly” allá por 1982 son claro ejemplo de ello. La actriz había sido masacrada por la crítica y había logrado premios a la peor interpretación del año. La sorpresa de que se llevase el Globo de Oro quedaba atenuada después de conocer que su marido se había llevado a Las Vegas a varios miembros de la Asociación de Prenda Extranjera de Hollywood. Unos días con todos los gastos pagados fueron capaces de hacer cambiar de opinión a un grupo que siempre negó la importancia de este detalle en su decisión final.
Desgraciadamente, la historia de los Globos de Oro está plagada de presentes, invitaciones a fiestas exclusivas y cosas similares que han provocado el paulatino desprestigio de los premios. ¿Pensaba en eso Leonardo DiCaprio al escuchar el nombre de Lady Gaga?