Como alguien dijo una vez, “todos los españoles llevamos un entrenador dentro… ¡Y un director de galas!”. Efectivamente, la ceremonia de entrega de los Goya ha vuelto a levantar más de una polémica. Las más de tres horas que duraba la fiesta del cine español lograban congregar a casi cuatro millones de espectadores ante el televisor, la mejor audiencia del evento desde el año 2011. Un dato que no ha logrado evitar que las críticas contra el formato arrecien.
Cierto es que Dani Rovira estuvo mucho más acertado en sus intervenciones que en la pasada edición. El presentador lograba un porcentaje de bromas acertadas mucho más alto que la última vez. el problema es que la gala quedaba ligeramente descafeinada ante las intervenciones del mago Jorge Blas, la irrupción de los tambores en el homenaje a Buñuel o una desafortunada actuación musical del grandísimo Joan Manuel Serrat. Si a eso le añadimos el hecho de que el protagonista de “Ocho Apellidos Catalanes” y su presencia mediática son descomunales, lo cierto es que no es extraño que las críticas fuesen notables.
La exposición es lo que tiene. No puedes gustarle a todo el mundo y, cuando tanta gente te ve, lo normal es que, por pequeño que sea el porcentaje de detractores, el número de críticas sea asombroso. Por eso nos ha sorprendido a todos la airada reacción ante las críticas de Dani Rovira.
“Tras todas las críticas, desprecios, insultos, acusaciones y decepciones, he de decir que no ha merecido la pena presentar los Premios Goya”, afirmaba el actor en su cuenta de Twitter.
¿Crees que la reacción de Dani Rovira está justificada o que las críticas van implícitas en su trabajo y en el sueldo?