Su imagen va más allá del resto. Charlize Theron tiene algo que nos cautiva de una forma casi hipnótica. Es su descomunal belleza, claro está. Pero no solo eso, ya que la actriz atesora un buen puñado de cosas más. Su talento como intérprete es algo evidente. Pocas actrices son capaces de firmar una interpretación perfecta tras otra. Pero además de eso, su mirada y sus gestos denotan personalidad, confianza y fuerza.
Lo que se esconde tras esta imponente mujer es una triste historia que marcaría su vida por completo y que forjaría el arrollador carácter que conocemos. Cuando Charlize Theron era solo una adolescente de quince años, su padre comenzó a golpear la puerta de la casa en la que ella y su madre vivían. El hombre era un alcohólico y maltratador que llevaba años haciéndoles la vida imposible. Aquella noche, el hombre aporreaba la puerta con una escopeta en la mano y amenazando con matar a ambas mujeres.
En aquel momento, su madre le ordeno encerrarse en la habitación. La joven oía entonces un disparo. Charlize corría al encuentro de su madre, a la que se encontraba sentada y sollozando. “Charlize, le he disparado”, le comunicaba Gerda Theron. Según las palabras de la actriz, “me asomé por la ventana y vi el cuerpo de mi padre”.
La justicia sudafricana le daba la razón a la mujer, considerando que había actuado en defensa propia. Lo que nunca se pudo borrar fue un recuerdo que todavía atormenta a la actriz de aquella noche en la que su madre le salvó la vida.