Chandler (“Friends”): Un puñado de despropósitos y desgraciadas desdichas hicieron que nuestro queridísimo Chandler se le escapase de las manos a Jon Cyrer. El actor de “Dos hombres y medio” enviaba el video que tendría que otorgarle el papel, fuera de plazo. Esto provocaba que Matthew Perry se hiciese con un personaje mítico.
Alicia (“The Good Wife”): Seguramente estemos ante el personaje femenino más potente de la pequeña pantalla en estos últimos años. Julianna Morgulies lograba elevar a la categoría de leyenda a su Alicia, pero la cosa pudo ser bien distinta de haber aceptado el papel las dos primeras actrices a las que se le ofreció: Ashley Judd y Helen Hunt.
Tony Soprano (“Los Soprano”): Protagonizar una de las series más aclamadas de la historia de la televisión no es mal botín. Si no, que se lo pregunten al tristemente desaparecido, James Gandolfini. El inolvidable actor permanecerá en las retinas de todos los espectadores gracias a un papel que llegaría a sus manos tras el rechazo de Ray Liotta.
Robin (“Cómo conocí a vuestra madre”): Considerada como la heredera natural de “Friends”, la genial sitcom pronto se convertiría en una serie imprescindible para cualquier telespectador. Desde el primer capítulo, la irrupción de Cobie Smulders y su Robin ponían la serie patas arriba. Un papel que habría acabado en manos de Jennifer Love Hewitt de no ser por la decisión de la actriz de protagonizar “Entre Fantasmas”.