Que George Clooney es uno de esos tipos que molan es algo que nadie se atrevería a discutir. El sensacional actor y director lleva años derrochando talento y estilo en cada uno de sus proyectos (pasemos por alto su acercamiento a Batman), lo que le ha llevado a conquistar el Oscar a Mejor actor secundario por “Syriana” y a lograr otra estatuilla como productor de “Argo”. A eso se añaden otras seis candidaturas como actor, director y guionista, lo que le ha convertido en una de las grandes figuras de los últimos tiempos.
Pero una descomunal tormenta se ha formado sobre la cabeza de Clooney. La culpa de ello la tienen Maëlle Brun y Amelle Zaïd, los dos autores de la biografía no oficial del actor que, días antes de salir a la venta, ya la ha liado parda.
Según se relata en la misma, las aspiraciones de George Clooney estarían encaminadas a convertirse en presidente de estados Unidos. Esto no suena demasiado descabellado, ya que resulta de alcance público el hecho de que Clooney siempre ha sido un tipo políticamente comprometido y muy activo dentro del partido demócrata. Pero lo que si se ha convertido en un bombazo ha sido el hecho de apuntar a una homosexualidad que el actor trata de ocultar en su afán por construir una potente imagen de cara a alcanzar la Casa Blanca.
“George sueña con ser presidente de los Estados Unidos y se está construyendo un currículum perfecto para realizar su sueño. El matrimonio con Amal Clooney es parte de esta estrategia, ya que es parte de la maniobra poner a la sombra sus relaciones homosexuales.”
Por si esto no fuese suficiente, en el libro no dejan pasar la oportunidad de señalar que su estilista, Waldo Sánchez, sería el verdadero amor de George Clooney. Es el hombre que le sigue a todas partes y, tal y como apuntaban varias publicaciones allá por 2011, su relación iría mucho más allá.