Nota: 7
Con la marca no llega. A lo largo de este último año, “Batman v Superman: El amanecer de la Justicia” se convertía en uno de los grandes centros de miradas de la industria cinematográfica. Todos nos moríamos de ganas por descubrir lo que la primera película del universo cinematográfico de DC Comics nos preparaba. El resultado llegaba allá por el mes de marzo y daba el pistoletazo de salida a una de las batallas entre cinéfilos más encarnizadas que recordamos. Partidarios y detractores del filme de Zack Snyder se batían el cobre por una película, como mínimo, controvertida.
Una cosa esta clara, y es que algo debía tener “Batman v Superman” para conseguir desperar amores y odios de semejante calibre. Un servidor se posicionaba más cerca de los segundos que de los primeros. El batiburrillo de tramas que se nos presentaba terminaba por lastrar un filme en el que la prometida guerra fría y posterior lucha entre ambos superhéroes quedaba reducida a un puñado de descafeinados minutos. Todo eso por no mencionar el momento de las “Marthas”, cada día más ridículo.
Mucho habíamos oído que la película tenía una versión extendida y sin censuras que terminaría de seducir a los fans y haría cambiar de opinión a los detractores. Así, un servidor se enfrentaba a la película llamada a devolver el equilibrio a la Fuerza. ¿Cuál es el veredicto? Pues que, en cierto modo, consigue revertirse la sensación. Zack Snyder sigue presentándose como un peligro grave para el futuro cinematográfico de DC Comics, pero lo cierto es que la cosa mejora sustancialmente. Hay más lógica, más desarrollo y más criterio en la mayoría de las tramas. Eso no impide que sigan patinando muchos momentos o que sigan existiendo demasiados elementos para un solo filme, pero todo parece articularse de una forma más suave y acertada. Ahora el mecanismo funciona.
Dicho esto, seguimos esperando mucho más del universo cinematográfico de DC Comics. No es que Marvel haga mejores películas. Simplemente, sus películas son tan buenas como podrían ser. Lo que le reprochamos a los responsables de DC es que, con la mina de oro que es su material de partida, el resultado de su película diste tanto de lo que podría haber sido.
Héctor Fernández Cachón