Frank Darabont estaba encantado de adaptar una obra de Stephen King, pero “Cadena Perpetua” no era su elección. “Yo quería hacer La Niebla, pero decidí no rodarla para no encasillarme en el género de terror y evitar comparaciones con George Romero o David Cronenberg. Pensé en intentar algo diferente a eso, y si funcionaba, adaptar luego La Niebla, y no ser únicamente el chico del terror”. Así, por una decisión básicamente laboral, Frank Darabont decidió rodar “Cadena Perpetua”. Hoy, 22 años después la cinta se ha convertido en una de las obras más importantes, queridas y respetadas de la historia del séptimo arte.
Pasa el tiempo, pero la inolvidable historia de Andy Dufresne (Tim Robbins) y Ellis Boyd “Red” Redding (Morgan Freeman) continúa siendo igual de magnífica que el primer día. El tiempo no ha hecho estragos en un filme que, para muchos, se encuentra entre los diez mejores de la historia. Desgraciadamente, no se puede decir lo mismo del protagonista de algunas una sus escenas más famosas.
Se había convertido en uno de los lugares de peregrinación principales para los cinéfilos. El enorme roble de Mansfield (Ohio) había sido el lugar elegido por los responsables de “Cadena Perpetua” para que Andy le dejase la carta y el sobre con dinero que les ayudaría a encontrarse en Méjico. Ahora, el viento ha terminado por derrumbar un árbol del que solo quedaba la mitad tras sufrir la caída de un rayo allá por 2011. Una auténtica lástima…