Diez minutos necesitamos para engancharnos a la gran sorpresa televisiva del año. Ese es el tiempo que tardamos en ver unas extrañas instalaciones del gobierno americano y una extraña criatura. También en ese tiempo nos encontramos con un grupo de jovencitos jugando a “Dragones y Mazmorras”, montando sus bicis ochenteras y con un aroma maravilloso a “E.T.” o “Los Goonies”.
Así comienza “Stranger Things”, la serie que ha conseguido que todos aquellos que vivimos o nacimos en la década de los 80 nos encontremos al borde de un ataque de nostalgia constante. No es para menos, ya que la desaparición de uno de los jóvenes y su desesperada búsqueda por parte de familiares, policía y amigos nos brinda una de las historias más hermosas que hemos visto en mucho tiempo.
Misterios, aventuras, secretos, terror, fantasía… en “Stranger Things” no falta ninguno de los elementos que hicieron tan grande al cine de los 80. Durante los ocho episodios de cincuenta minutos que forman esta primera temporada, lo único que puedes hacer es sentarte y disfrutar como hace años. ¡Encima sale Winona Ryder!
Si nos aceptáis la recomendación, ver “Stranger Things” con un bocadillo de Nocilla en la mano hace que la experiencia sea ya perfecta.