Puede que el resultado final de la película distase mucho de lo deseado, pero lo cierto es que nadie puede negar que los protagonistas del filme se lo pasaron a lo grande. Durante los largos meses que duró el rodaje de “Escuadrón Suicida”, el grupo de villanos logró fraguar una amistad comparable a la vista en pantalla. Los actores se convirtieron en una gran familia, lo que ha quedado de manifiesto durante una campaña promocional en la que el buen rollo flotaba en el ambiente. El problema es que, en el fragor del momento, algunos se vinieron demasiado arriba. Si no, que le pregunte a Joel Kinnaman.
Cada descanso y cada noche de rodaje se convertían en el momento ideal para reuniones de lo más divertido. Los intérpretes del filme se lo pasaban a lo grande, hasta el punto que decidían ponerse en manos de Margot Robbie para que esta les hiciese un tatuaje a cada uno de ellos. La Harley Quinn de la ficción había aprendido a tatuar, por lo que los resultados eran aceptables. Sin embargo, Will Smith no estaba por la labor de marcar su cuerpo, lo que no le impidió lanzarse al arte del tatuado.
Efectivamente, Joel Kinnaman (Rick Falg) sería su víctima. El actor permitía que Smith le tatuase la palabra “SKWAD” (deletreo fonético de “SQUAD”) en su bíceps derecho. Algo de lo que todavía se arrepiente.
“Will tiene muchos talentos, pero hacer tatuajes no es uno de ellos. Ha sido como ver a un bebé borracho pilotando un helicóptero”. Así calificaba el trabajo Joel Kinnaman durante una reciente entrevista en el show de James Corden. La definición no podría ser más adecuada, ya que el diseño de las letras no podría ser más cutre. Juzgad vosotros mismos…