3. Buscando a Dory: La sombra de Nemo era alargada, pero Dory también ha conseguido hacerse un hueco en nuestra memoria. Pese a englobarse dentro de esa fiebre por las secuelas que está asolando a la industria, lo cierto es que el ejercicio cinematográfico que se marca Pixar vuelve a mostrar una incomparable audacia. Las emociones vuelven a gestionarse con maestría en una cinta ágil, trepidante, divertidísima y, por extraño que parezca, original.
2. Al final del túnel: Con un perfil más bajo que la mayoría de estrenos del verano, “Al final del túnel” se los ha comido a todos con patatas. Thriller de esos que te hacen clavar las uñas en la butaca, la cinta se revela como un ingenioso trabajo capaz de mantener una poderosa intriga y de cerrar con un final más que glorioso. Impresionante salto de calidad de Rodrigo Grande con una película imprescindible.
1. Expediente Warren: El caso de Enfield: Los que suelen decir eso de que segundas partes nunca fueron buenas, con la secuela de “Expediente Warren” tienen un auténtico problema. James Wan vuelve a demostrar que es el gran maestro del terror actual y uno de los mejores directores que campan por el mundo. La amenaza del miedo va menoscabando nuestro ánimo mientras asistimos a un ejercicio de dominio narrativo y de la cámara francamente asombroso. Encima de todo, emociona. Menuda maravilla…