Ridley Scott no está dispuesto a fallar el disparo por segunda vez. El padre de la saga Alien se encuentra en plena preparación de Alien: Covenant, la secuela de Prometheus y el regreso a la gran pantalla de los temibles xenomorfos. El aclamado director prepara una auténtica disección de los orígenes de tan viles criaturas, lo que está desarrollando con absoluto secretismo. El problema es que sus actores no son tan discretos…
En sendas entrevistas, Michael Fassbender y Danny McBride han apuntado a la irrupción de lo que han venido a llamar “neomorfos”. De hecho, este último nos ha ofrecido importantes datos sobre las criaturas, así como ciertos detalles del argumento.
“Las esporas infectan a varios tripulantes del Covenant entrando en sus cuerpos por sus oídos y sus fosas nasales. Las esposas causan el crecimiento de los neomorfos dentro de los huéspedes infectados, de una forma que recuerda al borrador de guión que William Gibson (Neuromante) escribió para Alien 3. Uno de los neomorfos surge atravesando la espalda de uno de los infectados, un ‘revientaespaldas’. El otro emerge de la garganta de un miembro de la tripulación”.
“Los nacimientos vienen precedidos por la aparición de dos pequeños aguijones dorsales. Estas espinas, y el cráneo puntiagudo, son empleados para romper un saco embrionario (similar al del Diácono en Prometheus). Los neomorfos recuerdan a algunos de los diseños conceptuales de los proto-aliens de Prometheus, especialmente por su color blanco, con un cráneo puntiagudo y dos espinas dorsales. Al nacer, los neomorfos se mueven a cuatro patas, de forma similar a la criatura de Alien 3“.
De esta forma, los neomorfos podrían tener la clave del enigmático origen de los temibles xenomorfos.