No seáis gañanes y corred a ver “Que dios nos perdone”

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Que no es un buen año de cine es algo que no escapa a la vista de ningún cinéfilo. Salvo algunas excepciones (siempre las hay), el 2016 nos está dejando demasiadas decepciones. Así, no son pocos los foros en los que se comenta con pesar que la cartelera deja mucho que desear. Los apasionados del cine vivimos con el deseo constante de salir de una proyección embriagados por haber disfrutado de una cinta de esas que calan hasta los huesos. Queremos enamorarnos cada día.

Cualquier espectador tiene una obligación moral para con la comunidad cinéfila. Esta consiste en avisar rápidamente al mayor número de personas inmediatamente después de haber presenciado una gran película. Precisamente ese es el objetivo de estas líneas.

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El pasado fin de semana aterrizaba en nuestras salas Que Dios nos perdone. La cinta de Rodrigo Sorogoyen (Stockholm) se convertía en la séptima película más vista de nuestras carteleras, lo cual resulta absolutamente incomprensible. Ninguna de las cintas que actualmente se pueden encontrar en nuestros cines es remotamente comparable a esta maravilla protagonizada por Antonio de la Torre y Roberto Álamo. Tanto en clima, como en construcción de personajes y trama, Que Dios nos perdone vuelve a demostrar que la industria española es una de las más destacadas de todo el planeta. De hecho, casi podría decirse que sólo Francia es capaz de competir en calidad con las películas que se están facturando en nuestro país.

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Madrid, verano de 2011. Crisis económica, Movimiento 15-M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores de policía Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) deben encontrar al que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido. Esta caza contrarreloj les hará darse cuenta de algo que nunca habían pensado: ninguno de los dos es tan diferente del asesino.

Nosotros ya hemos cumplido nuestra obligación moral. Ahora es vuestro turno. Sería bonito escuchar que las numerosas salas en las que se proyecta Que Dios nos perdone se han llenado de gente. El talento siempre debe ser pagado con agradecimiento.

3 Comments

  1. Javi noviembre 4, 2016
  2. jaime noviembre 4, 2016
  3. andy noviembre 4, 2016