Ni se os ocurra torcer el gesto. Hoy hemos decidido dedicarle nuestras líneas a una película que, a pesar de lo que muchos puedan pensar, opinamos que merece un lugar de honor en el recuerdo de varias generaciones. Efectivamente, nuestro más profundo respeto para Cariño, he encogido a los niños.
Wayne Szalinski es un científico e inventor que desarrolla una máquina que permite encoger el tamaño de los objetos. Una pelota de béisbol activa accidentalmente la máquina sobre sus hijos, que vivirán una auténtica aventura intentando atravesar el césped del jardín hasta la casa, convertido ahora en una auténtica “jungla” para ellos.
Así comienza una de esas películas que todos hemos visto. ¿Os acordáis de esas cintas que ponían en televisión una tarde de sábado o domingo? Si, hablamos de historias que, pese a haber vivido decenas de veces, siempre conseguían volver a pegarnos al televisor y a hacernos pasar un par de horas maravillosas. Si eso no es cine…
Joe Johnston (Jumanji, Cielo de octubre) se sacaba de la manga una película que, a medio camino entre los inolvidables 80 y los geniales 90, se quedaba en tierra de nadie. Pocas son las menciones que logra Cariño, he encogido a los niños entre los nostálgicos. Que levante la mano el que no lo haya pasado en grande con las aventuras de esta familia…