Es curioso como puedes tener todos los requisitos necesarios para triunfar en el cine, pero que un carácter endemoniado termine por echarlo todo al traste. Katherine Heigl es el ejemplo vivo de cómo se destruye una carrera cuando eres guapa, carismática, tienes talento y el público te adora. La verdad es que la cosa tiene mérito…
Lo de esta actriz se las trae… De sobra es conocido su mal carácter en el set. Quienes han tenido la suerte de trabajar con ella en días de buen humor, no dudan en recordar los gritos, insultos y salidas de tono de Katherine Heigl. La verdad es que no queremos saber cómo será cuando está de mal humor. Pero los problemas generados por la rubia intérprete surgen incluso en las primeras fases de la pre-producción. Una de sus aficiones más comunes es la de destrozar guiones, llenarlos de tachones y negarse a pronunciar ciertas frases. Eso no es todo, ya que no deja de meterse en la configuración del reparto, convirtiendo en un infierno la vida de cualquiera al que no haya dado el visto bueno.
Ya no es solo su fama de desagradable en rodajes y que sea capaz de rechazar una nominación al Emmy por considerar malo su guión, sino que los periodistas han sido víctimas frecuentes del mal carácter de Heigl. Una de las grandes estrellas de la comedia oculta tras esa apariencia angelical a un auténtico dragón empeñado en devorar a compañeros de profesión y prensa. De hecho, los periodistas suelen ser foco habitual de su ira, lo que ha provocado que pocos sean los que se la jueguen a entrevistarla.
“El miércoles pasado volvimos al rodaje, y voy a contaros esto porque espero que les avergüence, en una jornada de trabajo de 17 horas, lo cual considero cruel“. Con declaraciones como estas, normal que tampoco fuese muy querida dentro del equipo de Anatomia de Grey, la serie que la catapultó a la fama. A eso hay que añadirle el sutil detalle de que abandonó la ficción sin tan siquiera comunicárselo a su jefa.
Pocos han sido los trabajos de su carrera de los que no haya rajado. El peaje es que Katherine Heigl llegó a ser una de las actrices mejor pagadas de la industria, pero ya nadie cuenta con ella. Los casi 10 millones de dólares era el caché de una mujer que alcanzó lo más alto y que se encargó de destruirlo todo por su forma de ser. Ver para creer.