20. No respires: Tras el sensacional trabajo realizado en el remake de “Evil dead”, las miradas de los fans del terror estaban clavadas en Fede Álvarez. El director volvía a la gran pantalla con una cinta en la que, sin abandonar sus raíces, apostaba por aires de thriller. El resultado resultaba más que gratificante, firmando una película en la que el título parece toda una declaración de intenciones, ya que vas a sorprenderte aguantando la respiración en más de una ocasión.
19. Hasta el último Hombre: No vamos a descubrir ahora que el Mel Gibson actor nos encanta, pero lo cierto es que en su faceta de director nos tiene enamorados. Cada vez que el viejo Mel se pone tras las cámaras, algo grande ocurre. Su acercamiento a la Segunda Guerra Mundial vuelve a enseñarnos que este tipo tiene un talento innato para mostrar imágenes en movimiento. La construcción de cada plano realizada por el director sólo es comparable con un pulso narrativo al alcance de pocos. Y encima el tío se pone antibelicista. Un grande.
18. Doctor Extraño: Marvel volvía a lograrlo. Más allá de cualquier otra consideración, lo que resulta indudable es que la Casa de las Ideas saca el máximo rendimiento a sus superhéroes. Pese a partir como el proyecto de superhéroes menos esperado del año, Doctor Extraño arrasaba taquillas y nos dejaba tranquilos de cara a la sucesión de Robert Downey, ya que el personaje de Benedict Cumberbatch destila igual carisma.
17. Un amor de verano: Impresionante lo que se quieren estas dos mujeres y lo que se alejan de convencionalismos. Lejos de quedarse en temas superficiales, la cinta va arañando la superficie hasta dejar una muesca en el corazón. Si a eso le añadimos el talento inconmensurable de Cécil de France y de la joven Izïa Higelin, el resultado no podía ser otro que una hermosa y triste historia.
16. Expediente Warren 2: Si Expediente Warrren nos recordaba por qué James Wan es el maestro del terror actual , su secuela se convertía en la gran joya del cine de terror de los últimos años. La cinta nos presenta un caso real de los renombrados demonólogos Ed y Lorraine Warren. Para resolverlo viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que vive con sus cuatro hijos en una casa plagada de espíritus malignos. ¿Se puede ser terrorífica, hermosa, cruel y emotiva a la vez? Aquí se demuestra que si.