Han sido años demasiado duros para Sony Entertainment. Las filiales de cine y televisión de la mastodóntica empresa japonesa no dejan de encadenar un golpe tras otro. Después de los enormes escándalos surgidos a raíz de las filtraciones y del descomunal hackeo sufrido, parece que no hay forma de levantar el vuelo. De hecho, tal y como informa el diario New York Post, Sony habría decidido deshacerse de las divisiones.
La situación resulta más que sorprendente. En los últimos tiempos, Sony Entertainment se había convertido en uno de los seis estudios de cine más poderosos del mundo. Sin embargo, al cierre del 2016 sólo había logrado hacerse con un 8% de la taquilla mundial. Responsables de Spider-Man o James Bond, parece que no hay forma de salvar los muebles.
Dado que el poder de Sony es descomunal, la compañía ha decidido sujetar su decisión final sobre Sony Entertainment a los resultados de una película. El próximo mes de agosto llegará el momento de decidir, ya que esos días se estrena Emoji: La Película. De no lograr éxito esperado, la empresa japonesa se desprenderían de una división con un futuro más que incierto.