Hay gente que debería vivir toda la eternidad, y él era uno de ellos. Hace escasas horas, la batalla contra el cáncer terminaba con la vida de esa leyenda del séptimo arte llamada John Hurt. El enorme actor británico fallecía a los 77 años, víctima de un cáncer de páncreas que le diagnosticaban en 2015.
Al pronunciar el nombre de John Hurt, a uno se le llena la boca de cine. El fuer el hombre al que le salió el xenomorfo de la barriga en Alien, el octavo pasajero, el padre adoptivo de Hellboy,, el noveno Doctor Who, El Calígula de Yo, Claudio, el Ollivander de Harry Potter, el temible Líder de V de Vendetta, el recluso de El Expreso de Medianoche o el tierno protagonista de El Hombre Elefante. Por estas dos últimas lograría sendas nominaciones al Oscar, pero esos serían sólo algunos de sus infinitos papeles inolvidables…
Él era un tipo especial. John Hurt tenía dibujado en su rostro el sereno talento de la escuela británica. No en vano, su leyenda partió del Royal Academy of Dramatic Art de Londres hace la friolera de 55 años. Desde entonces, el cine y la interpretación se convertirían en el auténtico amor de su vida.
Hoy toca agachar la cabeza y llorar a un grande del cine. Hasta siempre, querido John.