A sus 24 añitos, todo apunta a que acabamos de descubrir a una de las grandes estrellas de los próximos años. Pese a que no éramos capaces de ponerle nombre a su rostro, lo cierto es que Anya Taylor-Joy lleva un tiempo colándose por nuestras retinas. Esa joya del terror moderno llamada La Bruja tenía la culpa de que comenzásemos a familiarizarnos con una intérprete capaz de entrar en el mundo de la interpretación con todo un papel protagonista. Exactamente lo mismo pasaba con Morgan, el debut en la dirección del hijo de Ridley Scott. Una carrera meteórica que ahora se dispara del todo.
Anya Taylor-Joy era la protagonista de Múltiple y Glass, maravillas ambas de M. Night Shyamalan. El director hindú volvía a lucir todo su talento con unas películas en la que contaba con la inestimable colaboración de una joven llamada a comerse el mundo. De hecho, la agenda de Anya Taylor-Joy no ha hecho más que llenarse estos, lo que se traducía en estrenos como protagonista principal brutales.
Purasangre o El secreto de Marrowbone servían para confirmar su infinito talento. Vale que Los Nuevos Mutantes no lució mucho, pero cintas del calibre de Radioactive, Emma, Here Are the Young Men, Last Night in Soho o El Hombre del norte es son otro rollo. Pero el salto definitivo llegaba con Gambito de Dama, la miniserie de Netflix convertida en fenómeno. Pronto será el turno de que tomé el relevo de Charlize Theron como una joven Furiosa en Mad Max. Acordaos de su cara, porque el futuro lleva su nombre.