No hay ni rastro de ella. Pocas veces hemos visto un caso tan extraño como el de Katie Holmes. A lo largo de la historia del cine, las ocasiones en las que nos hemos encontrado con actores desaparecidos de la noche a la mañana son bastante frecuentes, pero lo que no es habitual es que estas cosas ocurran cuando eres tan sumamente mediática, cuando trabajas en las películas más exitosas y, sobre todo, cuando tienes 32 años.
Desde que saltase a la fama gracias a la serie Dawson Crece, la carrera de Katie Holmes no hacía más que avanzar a pasos agigantados. Jóvenes prodigiosos o Última llamada le otorgaban papeles secundario, pero enormemente reconocibles por el gran público. Así llegaba la llamada de Christoper Nolan para convertirse en la Rachel de Batman Begins. Películas como Retrato de April o Gracias por fumar se llevaban la aclamación de la crítica para una joven que parecía llamada a convertirse en fundamental para el cine de años venideros.
Sin embargo, algo se torcería por el camino. Katie Holmes contraía matrimonio con Tom Cruise e iniciaba una relación que duraría seis años. El problema es que la extrema relación del actor con la Cienciología obligaba a seguir pautas de vida y de educación para su hija que terminaron por ser inaceptables para la actriz. comenzaba así una mediática disputa de divorcio que afectaba profundamente a Holmes. Algo se torcía en su carrera, pero que para todos sigue siendo una incógnita. Muchos hablan de una mano negra, pero lo que está claro es que lo único que encontramos en su filmografía desde entonces son dos cintas menores. Una pena…