Todavía nos recorre un amargor al pronunciar su nombre. El 22 de enero del 2008, el sensacional Heah Ledger nos dejaba a la temprana edad de 29 años. El tiempo dejaba de pasar para uno de los talentos más arrolladores de la industria cinematográfica reciente, congelando su rostro a ojos de los millones de cinéfilos que disfrutaban de su trabajo. Para la posteridad quedaba un buen puñado de papeles emblemáticos y, sobre todo, el soberbio Joker de El Caballero Oscuro.
Resulta casi imposible pensar en Heath Ledger y que no se nos venga a la cabeza una de las interpretaciones más poderosas de la historia del cine. Su guasón de El Caballero Oscuro le valía un Oscar póstumo pero, sobre todo, el reconocimiento de millones de fans que lo idolotrarían para la eternidad.
No obstante, el mundo del cine pudo haber sido bien distinto si, tres años antes, los planes de Ledger se hubiesen cumplido. Por aquel entonces, el genial intérprete ponía la mirada en el proceso de selección que Christopher Nolan había iniciado para dar con su Batman. Heath Ledger deseaba el papel, presentándose a las audiciones de Batman Begins. A pesar de lograr un hueco en el grupo de finalistas, el papel terminaba en manos de Christian Bale. Así, un feliz giro del destino provocaba que Ledger terminase siendo el Joker en la secuela del filme.