Spoilers del capítulo 7×13 de The Walking Dead
Todos estábamos esperando el momento. Desde que Rick se plantase en el Reino para pedirle a Ezekiel la entrada en la guerra contra los Salvadores, un par de personajes habían acaparado nuestras miradas como potenciales desencadenantes de los hechos. Por un lado, el joven Benjamin tenía una cara de morir que no se la aguantaba, lo que se producía después de que Richard escondiese un melón antes de la reunión con los Salvadores para desencadenar lo que debía ser su muerte. Sin embargo, los hombres de Negan terminaban con la vida del chico.
El precario equilibrio mental de Morgan se fracturaba, sobre todo después descubrir que Richard era el culpable de la situación. Así, los acontecimientos se precipitaban y Morgan acababa con la vida del guardián del Reino en pleno encuentro con los Salvadores para simular así que seguían respetando el acuerdo. Nada más lejos de la realidad, ya que el hombre parece haberse brotado, decidido a terminar con todos los hombres de Negan. Perder por segunda vez una figura filial no le ha hecho demasiado bien. Lo mismo ha ocurrido con Ezekiel tras comprobar lo insano de su acuerdo con los Salvadores. Dos piezas fundamentales para iniciar la guerra, pero que se han convertido en tres.
Efectivamente, en The Walking Dead no hay fiesta si no está Carol. La mujer también ponía fin a su retiro espiritual después de que Morgan le revelase las muertes de Glenn y Abraham. Todo está servido para que los últimos episodios de la séptima temporada resulten un auténtico festival de violencia.