No es habitual que la gente de Marvel cometa este tipo de errores. Desde hace algunos años, sus universos cinematográfico y televisivo nos han llevado de éxito en éxito. El plan lleva bastante tiempo funcionando, hasta el punto de que nos habíamos acostumbrado a resultados agradables en el peor de los casos. Poco podíamos imaginar que la nueva apuesta de su exitosa alianza con Netflix pudiese resultar semejante desastre.
Veníamos tiempo escuchando que no había gustado nada en suelo americano. Sus primeros pases se ganaban la desaprobación casi unánime de quienes se enfrentaban a Iron Fist. Realmente, todavía se nos hacía difícil creernos en un patinazo de semejante calibre, pero la realidad es la que es. Sin lugar a dudas, Iron Fist es el peor trabajo de Marvel en su universo televisivo y casi diríamos que también en su universo cinematográfico.
Realmente cuesta encontrar virtudes en la serie que acaba de ver la luz. Ni personajes, ni trama, ni puesta en escena. A día de hoy, el balance no podría ser más negativo. Cierto es que el superhéroe encontrará una oportunidad con su salto al ruedo entre The Defenders. Puede que sea capaz de disimular su pobreza entre grandes como Daredevil o Jessica Jones y, con un poco de suerte, alguien se atreverá a darle un cambio radical de cara a la segunda temporada. Sin esos detalles, casi podemos asegurar que estos primeros capítulos de Iron Fist también serán los últimos.