El mundo del cine es mucho más pequeño de lo que uno podría imaginarse. Cuando los grandes papeles salen al ruedo, decenas de los actores más reconocidos comienzan a darse de tortas por ellos. De hecho, hay ocasiones en los que intérpretes prometedores buscan la gran oportunidad de su carrera y es ahí donde aparece la fina línea que separa al éxito del fracaso.
Tal y como ha publicado ABC News, uno de esos papeles que estuvo cerca de tener un rostro bien distinto fue el del mismísimo Edward Cullen. El vampiro protagonista de Crepúsculo convertiría a Robert Pattinson en una auténtica estrella y en la fotografía favorita de las carpetas de las adolescentes de todo el planeta. Sin embargo, la felicidad de Pattinson sería a costa de otro joven aspirante empeñado en dar el gran salto y llamado Henry Cavill.
Efectivamente, la gran estrella del universo cinematográfico DC veía como Pattinson se quedaba con el papel que tanto ansiaba. La cosa resultaba especialmente dolorosa ya que el mismo actor le había privado de ser Cedric Diggory en Harry Potter y el cáliz de fuego sólo unos añitos antes. Cavill se quedaba por segunda vez consecutiva a las puertas de un gran personaje. Afortunadamente, el destino le había reservado un Superman que ponerle en el camino…
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